“El trabajo se hizo”. Así lo aseguró la coordinadora del Proyecto Cuaresma, un programa de reeducación y rehabilitación licenciado por el Departamento de Corrección y Rehabilitación (DCR) en el que participaba Luis Cruz Santiago previo a presuntamente asesinar a una mujer en el cuartel de la Policía Municipal en Morovis.

De acuerdo a Zamayra Medina Santiago, psicóloga del Proyecto Cuaresma que atendió las sesiones grupales e individuales a las que se sometió Cruz Santiago para evitar una sentencia en una institución penal por cargos en su contra por un caso de violencia de género en 2022, el hombre no mostró indicios de que tuviese problemas con Jackeline Santiago Rodríguez, con quien mantenía una relación sentimental al momento de comenzar el proceso de rehabilitación.

“Siempre era una persona alegre, contenta, muy querido por sus compañeros de grupo, siempre estaba bien emocionado por su relación actual porque tenían planes en conjunto y constantemente hablaban de ellos. En su última terapia grupal, que fue el pasado jueves, él estaba bien entusiasmado, fue bien participativo”, expresó Medina Santiago.

Como parte de una resolución judicial emitida en marzo 2023 por el Tribunal de Arecibo, Cruz Santiago tenía que cumplir con 52 terapias grupales en un programa de desvío que lo dejó mantener una libertad a prueba hasta que culminara el proceso.

Según Mayra González, directora del Proyecto Cuaresma, el sospechoso del asesinato llegó al principio de su programa siendo pareja de Santiago Rodríguez, pese a que parte de la orientación de las terapias es que “se den este año para ellos”.

“Él siempre habló de su pareja (Santiago Rodríguez) … Él hablaba muy bien, que (ella) era una persona madura. Siempre le llamamos a que, aunque había llegado con ella de pareja, que se diera tiempo, que se diera la oportunidad de poderse rehabilitar”, enfatizó González.

Cabe destacar que los cargos de violencia de género que enfrentó Cruz Santiago y que lo llevaron al programa no fueron denunciados por la víctima del feminicidio, sino por una anterior pareja del hombre.

De hecho, González mencionó que Santiago Rodríguez acompañaba a Cruz Santiago a sus vistas de seguimiento en el Tribunal de Arecibo y que incluso el técnico sociopenal del Departamento de Corrección y Rehabilitación asignado al caso del hombre dialogó en un momento dado con ella para preguntar sobre su estado durante la relación de ambos.

“En todo momento mencionaba que se encontraba bien”, aseguró González.

A preguntas de este medio sobre si en el Proyecto Cuaresma tenían conocimiento que Cruz Santiago tenía un arma de fuego ilegal, la coordinadora dijo que “nunca. Porque si él hubiera dado ese indicio, yo puedo estar segura que esta servidora y la psicóloga hubiéramos hecho el trabajo (de denunciarlo)”.

“Nunca nos demostró bandera roja… Él mencionaba que estaba construyendo una casa, que se iba a mudar con ella”, añadió compungida. “Estamos afectados. Yo lamento mucho (que esto ocurriera). Jamás y nunca hubiera pensado cosa igual”.

De acuerdo a la secretaria del DCR, Ana Escobar Pabón, el Proyecto Cuaresma está licenciado como un programa de desvío desde el 2009 y nunca habían registrado un problema en el que un participante asesinara a otra persona.

“La conducta es impredecible… Tú puedes tener un factor detonante y determinante en el cambio de conducta en un individuo, sea el individuo una persona ejemplar o sea un individuo que tú conoces y sabes que constantemente está violentando la ley. Estas cosas pues pueden ocurrir tanto en una persona en confinamiento en nuestras instituciones como en una persona que está cumpliendo una probatoria o cualquier persona en comunidad. No te puedo categorizar que cada persona que recibe todos estos servicios internaliza positivamente ese proceso de cambio”, expresó Escobar Pabón en entrevista con El Nuevo Día.

Por su parte, la fiscal Laura Hernández, directora de la división de Coordinación de Unidades Especiales, explicó que Cruz Santiago cumplía con todos los requisitos para ser sentenciado a un programa de desvío. En su caso, no había tenido convicción previa ni había tenido violaciones a órdenes de protección previas. Además, admitió los hechos tras alcanzar un acuerdo de culpabilidad preacordada con la Fiscalía que le redujo uno de los cargos del 3.4 de la Ley 54 (maltrato mediante restricción de libertad) al 3.1 (maltrato).

Aunque Cruz Santiago había tenido una imputación, en 2020, por amenazar con un cuchillo a una expareja, al no concretarse una convicción, estas alegaciones no influían en su cualificación para el programa de desvío.

“Previo a someterlo al Tribunal, (la Fiscalía) lo consulta con la dama perjudicada y se le explicó que se estaba haciendo la recomendación de reclasificación y que, a cambio de la reclasificación, él aceptaría la comisión de los hechos, se declararía culpable y se le recomendaría al Tribunal que se le considerar a todas las penas que tenía disponible, incluyendo el desvío”, detalló la fiscal Hernández, en entrevista con El Nuevo Día, cuando indicó que el informe presentencia fue “favorable” para el desvío y contó con la aprobación de la sobreviviente.

La funcionaria estableció que en todas las vistas de seguimiento al desvío, donde el técnico sociopenal asignado a la persona actualiza su progreso, se reflejaban unos “ajustes favorables”.

Como parte de los beneficios de los programas de desvío, si se cumple a cabalidad con todas las condiciones, el delito desaparece del récord para fines de obtener certificados de buena conducta para buscar empleo, entre otros. Sin embargo, la convicción permanece en los sistemas de procesamiento criminal, por lo que personas reincidentes no deben cualificar.

El pasado sábado, 13 de abril, Cruz Santiago y Santiago Rodríguez llegaron hasta el Cuartel de la Policía Municipal en Morovis y el hombre sacó un arma de fuego ilegal y alegadamente asesinó a la mujer. En respuesta, un agente de la Policía Municipal que se encontraba en el área del retén del cuartel disparó e hirió al presunto agresor, dejándolo con tres heridas de bala. Posteriormente, el individuo fue llevado al hospital donde se encuentra internado y bajo custodia de la Policía hasta que se recupere.

Este medio supo que la unidad especializada de la Fiscalía de Arecibo está levantando la evidencia para que, una vez Cruz Santiago sea dado de alta, se le radiquen los cargos por feminicidio.